Entre 1952 y 1964 no existió ninguna escuela formal con reconocimiento del Ministerio de Educación que impartiera la profesión de actor. Aparecieron, sin embargo, lideradas por distintas entidades, iniciativas esporádicas para realizar cursos de preparación en el arte dramático. Se cuentan entre ellas, el Instituto Chileno Francés, La Universidad Católica, el Instituto de Previsión de Empleados IPA, los Cursos Libres de Teatro del Instituto Pedagógico, etc. De este sin fin de intentos es necesario destacar dos escuelas relevantes, por su permanencia en el tiempo, calidad y aporte a la formación tanto de actores como a la creación de un público.

1) Escuela de Ateva

Desde la perspectiva de un aprendizaje sistemático, la Asociación Teatral ATEVA abrió en 1953 una escuela que realizaba cursos vespertinos. La malla curricular tenía una duración de dos años y era un modelo reducido de la malla del la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Se impartían tanto ramos teóricos como prácticos.
Las clases eran dictadas por integrantes de la compañía que tuviesen manejo en una materia específica. Destacaban entre ellos Marcos Portnoy y Luis Melo en el ramo de actuación, Francisco Barrera en Movimiento, Marcos Portnoy en Técnica Literaria del Drama, Margot Araneda en Maquillaje (profesora del ITUCH de Santiago), Ruth González en Voz y Normand Shand en Esgrima.
Durante los veranos dictaban cursos breves diversos miembros del Teatro Experimental, destacando Pedro de la Barra, quien había nombrado a esta compañía filial en Valparaíso del Teatro Experimental de la Universidad de Chile.

Como prerrequisito para estudiar se debía tener, al menos, tercer año de secundaria terminado o estudios equivalentes. Se rendía un examen de ingreso, principalmente teórico, a través de una entrevista donde se evaluaba el conocimiento de autores, temas teatrales e intereses personales. Se pagaba una matrícula mínima por año que era aún más reducida para aquellas personas que se incorporaban al Club de Amigos de Ateva, lo que hacían prácticamente todos los alumnos.

Los estudiantes de la escuela se iban integrando naturalmente, según sus personales condiciones, al elenco. Muchos de ellos derivaron con el tiempo en profesores de la Escuela, según sus capacidades y por ser profesionales en otras áreas del conocimiento afines. Otra actividad destacable de la Escuela de ATEVA, que se ejecutó durante todo este periodo, fueron las charlas. Se realizaban en distintos lugares de la ciudad, tales como bibliotecas, salones de actos de Asociaciones de Artesanos, sindicatos, universidades, etc. Los temas iban desde el teatro clásico al contemporáneo y el objetivo era educar y difundir el arte dramático entre los asistentes.

2) Escuelas de Verano de la Universidad de Chile

La Universidad de Chile, en esos años la universidad nacional más importante y que contaba con sedes en la mayoría de las regiones del país, tenía en Santiago un Departamento de Extensión fuertemente organizado y con un presupuesto sustantivo. Como modo de difundir el conocimiento por todo el país creó las Escuelas de Temporada, que desarrollaban cursos en distintas área del saber, a los cuales podía asistir cualquier persona que lo desease, sin prerrequisito ninguno.

Entre las materias que abordaban estos cursos estaban los cursos de Apreciación Teatral, en los cuales se estudiaba tanto materias teóricas como prácticas. A pesar de que estas actividades eran financiadas y organizadas por la Universidad de Chile en Santiago, existía un trabajo coordinado con las otras universidades presentes en regiones, lo que explica que muchas de las actividades fueran realizadas en la Sede de otra casa de estudio. Este es el caso de los cursos de teatro, los que se dictaban en la sede de la Universidad Federico Santa María, utilizándose el Aula Magna de la Institución para las representaciones teatrales que eran el término de los cursos de interpretación dictados. Destacan entre los profesores de la época Pedro del la Barra, quien impartía cursos de Dirección Teatral y Teatro Chileno, y Mario Naudon, crítico teatral y profesor de francés, que en esos años trabajaba en el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile en Santiago y dictaba materias sobre arte dramático, tales como Apreciación Teatral, el Teatro de Jean Paul Sartre, etc.