Carrera de Teatro, Departamento de Arte, Facultad de Arte y Tecnología, Universidad de Chile Sede Valparaíso, tras el Golpe de Estado de 1973
Esta Escuela, como ya desarrollamos en el periodo anterior, comenzó a funcionar el año 1969. El Plan de Estudio contemplaba 10 semestres (dos más que la misma Carrera en la Sede de Santiago), razón por la que aún no había egresado ni siquiera la Primera Promoción cuando comenzó la Dictadura.
En virtud de que la mayoría de los miembros del equipo académico eran militantes o simpatizantes de partidos de Izquierda, se desarticuló parte significativa del plantel de profesores, pues fueron exonerados por la Universidad, pasando muchos de ellos a la clandestinidad para evitar la represión, tomando luego el camino del exilio.
En el ámbito estudiantil, varios alumnos de la escuela debieron detener sus estudios y ocultarse, dejando para siempre inconclusa su formación. A otros se les canceló la matrícula, pero debido de la descoordinación existente, pudieron incorporarse, pasado un tiempo, a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Sede Santiago, terminando su carrera posteriormente.
En este contexto se paralizaron totalmente las actividades académicas y del elenco hasta marzo de 1974, momento en que fue necesario agruparse para re-comenzar el año de académico.
Esta Escuela, cuyo diseño de Malla Curricular ya fue planteada en los periodos anteriores, nunca pudo implementarse cabalmente, pues no volvió a funcionar con normalidad. Hoy por hoy es imposible saber cómo habrían resultado los alumnos de esta sede de la Universidad de Chile si hubieran podido desarrollar a cabalidad el diseño trazado. Tras el 11 de septiembre, si bien se continuó relativamente con la currícula propuesta, gran cantidad de los profesores pensados para dictar los cursos se encontraban en el exilio. Marcos Portnoy se exilió en Bélgica, Juan López en Bulgaria y luego en Francia, Naldy Hernández en Alemania, Juan Barattini en Polonia y luego en Italia.
Por otra parte, se modificó el grado original con el que iban a egresar los estudiantes, pasando de Licenciados en Teatro, vale decir un grado académico habilitante para investigación y estudios posteriores, al Título de Actor o Actriz, reduciéndose sólo a un título profesional.
Quienes continuaron a cargo del proceso educativo, lo hicieron hasta 1977 en condiciones adversas, sólo motivados por el sentido de responsabilidad que tenían respecto a los alumnos que habían ingresado para formarse y graduarse en el establecimiento. Hay que destacar entre ellos a Elena Prieto y a Arnaldo Berríos, quienes habían sido miembros de ATEVA, luego del TUV y posteriormente profesores de la Carrera.
Luego del Golpe, en 1974, Fernando Cuadra fue nombrado Director del Departamento de Teatro, viajando una vez a la semana a Valparaíso para supervisar la labor que desarrollaba la Subdirectora, Elena Prieto. Finalmente éste renunció, continuando en la Dirección de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Sede Santiago y quedando Prieto como directora local.
A pesar del miedo y de las mínimas condiciones laborales, la Escuela continuó funcionando y habilitó, a través del trabajo mancomunado de los estudiantes, profesores y funcionarios que quedaban, una pequeña Sala de Teatro en el subterráneo del edificio, ubicada en Blanco N° 1113. La llamaron El Farol, como metáfora de un lugar que podía dar luz en medio de la noche producida por la dictadura militar y su ícono era una antigua lámpara que donó para ello la directora de la Escuela. Fue justamente en esta sala donde pudieron seguir actuando cuando la Universidad, ya bajo el régimen de un rector militar, les negó el fluido acceso al Aula Magna de la Escuela de Derecho, donde habían dado funciones tradicionalmente.
Si bien la Carrera no había ingresado más estudiantes los años 1972 y 1973, aplicando un ingreso alternado como medida para no saturar el mercado local, tras el Golpe de Estado nunca más se volvió a abrir la matrícula para incorporar nuevos alumnos, razón por la cual, tras terminar la titulación el último aspirante a actor, cerró definitivamente sus puertas en diciembre de 1977.
Las condiciones de trabajo durante esos años fueron complejas. Debían aceptar la supervisión directa de distintos enviados de las Fuerzas Armadas que se instalaban en el local de la Escuela, quienes a pesar de no cumplir ningún rol académico, eran mandados para vigilar actividades que suponían subversivas, mientras se terminaba la labor educativa y se procedía a cerrar la Carrera.
Si bien nunca se informó de manera explícita el propósito de finiquitar dicho proyecto por parte de la Universidad, la intención era clara, pues al no permitir nuevos incorporaciones, tras la graduación de los únicos titulados el 25 de junio de 1976, se terminaba la labor pedagógica, procediéndose luego a un cierre administrativo.
En este contexto, tras años de esfuerzo, terminaron su formación completa obteniendo sólo el título de Actor o Actriz el primer y último grupo de egresados: Miryam Espinoza, Myriam Pérez, Virginia Urbina, Miguel Ángel Herrera, Graciela Navarro, Isabel Núñez, Amanda Lorca, Gloria Barrera, Carlos Vargas, Sara González, Alejandro de Karzow, Ana María Acosta, María Angélica Arcos y Erika Olivares