El Artificio

La compañía El Artificio fue creada en el año 1999, dirigida por Andrés García, profesor de educación física quien desde sus años de estudio se interesó por el teatro, formándose en distintos talleres y compañías teatrales de la región.

Tras profesionalizarse, García ingresa a la compañía Teatro del Silencio, dirigida por Mauricio Celedón, estrenando Taca taca mon amour en 1994. Luego de un largo periodo en Francia regresó a Valparaíso, participando en distintas obras. En el año 1999 ganó un FONDART para realizar el montaje de la obra Los Piratas, dando origen con ello a la compañía. El texto estaba escrito por Marcelo Sánchez, quien trabajaría más adelante en otros proyectos del grupo (Piratas, Los Vivientes y Brujos). Sus Puestas en Escena poseen una línea direccional clara, en las que el trabajo es abordado desde la corporalidad y gestualidad de los personajes, material tomado por el dramaturgo para crear los textos. Otro aspecto poético importante es la presencia de la música, la que interactúa como un personaje más dentro de la historia. Por lo mismo, muchas de sus obras son con música en vivo pues, para su director, es la partitura donde se mueve el actor.

En la actualidad El Artificio es una de las compañías que sigue vigente y su director ejerce como docente en la Carrera de Teatro de la Universidad de Valparaíso.

La Peste

La compañía Teatro la Peste surgió en 1999 con el montaje No ve que el cuerpo se me calienta en posición horizontal, (como que pierdo el apellido) que había sido un examen del primer semestre de Tercer Año de Actuación de la Escuela Teatro la Matriz. La obra, dirigida por el actor y profesor de actuación Alejandro Campos, correspondía a una creación colectiva basada en Las Brutas, de Juan Radrigán, e incluía textos de otros autores, tales como Rimbaud, Daniela Eltit, etc. Cuando, tras el examen, se consideró que la muestra estaba en condiciones de realizar una temporada a público abierto, fue necesario bautizar la agrupación. Se eligió Teatro La Peste, como modo de evidenciar la comunión con lo planteado por Antonin Artaud en el libro El Teatro y su doble, sobre el rol de teatro entendido como un contagio transformador. Sus primeras fundadoras fueron las cuatro alumnas del montaje, Katty Sagredo, Pamela Cordero, Ximena Núñez y Katty López. El siguiente montaje lo realizaron con un apoyo Fondart ya en el año 2001, con un texto escrito en un taller de Juan Radrigán y que posteriormente ganó El Premio Nacional de Dramaturgia con la obra El pueblo de las siete viudas, reestructurándose y recuperando el nombre de la Compañía. En el curso de los años la compañía se reformó hasta llegar a su actual constitución, que está integrado por Katty Sagredo, Katty López, Danilo Llanos y Daniela Misle, como núcleo estable.

Pierrot

Como una evolución del teatro aficionado que se había comenzado a realizar en las Universidades durante la década del ´90, surgió la Compañía Pierrot, formada por Marcela Gamboa Rojas y Franko Ruiz Vicencio, alumnos de pedagogía y parte el grupo de teatro de la Universidad de Playa Ancha.

En 1998 estrenaron su primera obra para público adulto, Jerao, bajo la dirección de Juan Toro. Con este estreno dieron inicio a una búsqueda formal y formativa que los caracteriza hasta el día de hoy, llevando a escena variados trabajos cuyo acento principal ha estado centrado en el lenguaje corporal de sus montajes. Se autodefinen como un grupo de Teatro físico, lenguaje al que se han sumado desde el ámbito experiencial.

En virtud de que ninguno de sus dos integrantes poseía formación actoral específica, el camino del grupo ha estado marcado por el intento de perfeccionamiento, tomando en el curso de los años distintos talleres de teatro, danza, diplomados en actuación y postgrados de dirección teatral, conocimientos que han ido intentando integrar al proceso creativo de la compañía que se ha mantenido constante desde su creación.

Teatro Viajantes

Teatro Viajantes fue una compañía fundada en 1997 por Roberto Ancavil, quien había cursado estudios de Actuación Teatral en la Escuela de Nelson Brodt, en la Escuela Teatro Imagen de Gustavo Meza y en el Odin Teatret de Eugenio Barba. Llegó a Valparaíso como director del montaje Roland Bar, que había quedado inconcluso tras la muerte de Juan Edmundo González en 1995. Fue recomendado por Andrés Pérez, con quien Ancavil había trabajado durante algunos años como técnico de la compañía El Gran Circo Teatro. Luego del estreno de Roland Bar, Ancavil decidió trasladarse a Valparaíso donde fundó su propio grupo y mantuvo un trabajo constante que se realizaba tanto en el puerto como en Santiago. Su estilo teatral era principalmente teatro físico y los actores de su compañía eran de un variado origen formativo. Algunos del Instituto Brecht, otros de talleres teatrales que luego se habían profesionalizado con Las Máscaras y, otros, formados sencillamente en el ejercicio de la profesión. Logró importantes reconocimientos fuera de Valparaíso, destacando entre sus producciones la Puesta en Escena de La Conferencia de los Pájaros, del poeta persa Faraduddin Attar. La compañía, que tenía como miembros estables a Karina Bacelli, Patricia Spahie, Guillermo Astorga y Eduardo Mayorga, continuó desarrollándose y logró un importante reconocimiento en el circuito teatral capitalino después del año 2000 y se mantuvo activa hasta el año 2006, momento en que Ancavil se trasladó a vivir a España, donde está radicado en la actualidad

El Baúl

La compañía Teatro El Baúl, nació en 1994 como una agrupación de teatro infantil constituida por actores egresados del Instituto Superior de Arte y Cultura Bertolt Brecht de Valparaíso. Sus principales miembros eran George Casanova, Juan Carlos Ramos y Verónica Márquez. Al ser una compañía compuesta por artistas recién formados, durante sus primeros años convocaron a directores externos, dependiendo de la obra, para que los guiase en su trabajo creativo. Posteriormente evolucionaron desarrollando también teatro para adultos e integrando dos miembros más al elenco estable, Maisa López y Arturo Soto, también actores formados en el Brecht.

Esta compañía es una de las que mayor continuidad ha logrado, manteniéndose hasta el día de hoy y habiéndose adjudicado diversos premios y reconocimientos durante su trayectoria.

Actualmente realiza diversas actividades, además de montajes teatrales: produce eventos artísticos para empresas, dicta talleres, capacitaciones y organiza festivales, buscando alternativas que le permita a sus integrantes vivir de la profesión.

Teatro Abierto

La compañía Teatro Abierto se fundó en 1995 con parte del elenco que había pertenecido a la compañía Teatro la Matriz y se agrupó bajo la dirección de conocido mimo chileno Jaime Schneider. Estaba constituida por Juan Aravena, Guillermo Astorga, Gabriela Martina, Randy Palacios y Eduardo Mayorga. Funcionaron en la Sala Pascal 79, de propiedad de Gabriela Martina, siendo su primera producción Isadora, Fragmentos de una vida. Al grupo original se fueron incorporando otros miembros, algunos de los cuales no poseían estudios teatrales, pero que eran reclutados por Jaime Schneider dado su prolífico impulso creativo, que lo llevaba a necesitar más miembros del elenco para concretar sus producciones.

La compañía funcionó fructíferamente en forma continua hasta 1999, terminando su trayectoria con el montaje de Antígona, momento en el que Schneider decidió volver a radicarse en Santiago por motivos personales, terminándose con ello agrupación, en virtud de que el motor de este trabajo era el propio Jaime Schneider.

La Matriz

Esta compañía fue formada por alumnos que cursaron segundo año de actuación en el Instituto Bertolt Brecht durante 1993. Debido al cierre definitivo por motivos económicos de esta escuela de actores en Valparaíso, los estudiantes no habían podido terminar su tercer año de formación. En este contexto nació, a la vez, como taller de perfeccionamiento y como compañía, liderados originalmente por Ximena Flores y Jaime Schneider, quienes habían sido profesores del Instituto. Si bien la academia les había ofrecido terminar su formación en el Instituto Bertolt Brecht de Santiago, tanto los alumnos como estos dos profesores decidieron mantenerse en el puerto. Como lugar de reunión decidieron usar una pequeña bodega ubicada en la calle Pascal 79 del barrio la Matriz, propiedad de una de las actrices, la que posteriormente se convirtió en una de las salas del circuito teatral off de Valparaíso.

Tomaron el nombre de Teatro La Matriz no sólo por la localización de la sala, muy próxima a la conocida iglesia, sino porque el concepto de matriz les interesaba como poetización de un lugar donde se crea vida.

Comenzaron una prolífica producción con intervenciones callejeras y obras hasta 1995, momento en el que la compañía se dividió, dado los distintos intereses de sus miembros. A una parte del grupo, liderados por Ximena flores, le interesaba además de la compañía, la creación de una escuela de formación actoral Insertar noticia del 24 de enero de 1996 Mercurio y a la otra, liderados por Jaime Schneider, le interesaba dedicarse exclusivamente al trabajo artístico.

De este modo, el grupo de Schneider se separó tomando el nombre de Teatro Abierto y siguió funcionando en la sala Pascal 79.

El otro grupo conservó el nombre de La Matriz y dio posteriormente, en el año 97, origen a una escuela teatral del mismo nombre. A él pertenecían la profesora teatral y actriz Ximena Flores quien se trasladó en forma definitiva a Valparaíso, para llevar a cabo su proyecto, junto al psicólogo Carlos Lizama, al arquitecto Ricardo Ogalde, y a Alejandra Jiménez, única alumna originaria del Brecht que se sumó a este proyecto-escuela.


Ya en la década siguiente la iniciativa entró en una crisis de financiamiento, dada la apertura de escuelas de teatro de carácter universitario y por el desgaste de los vínculos con instituciones gubernamentales, que originalmente habían solventado económicamente la propuesta, a través de contrataciones. En el año 2005 se fusiona con la Carrera de Teatro de la Universidad Arcis, sede local, poniendo fin definitivo a este emprendimiento que conjugaba en sí mismo una escuela de formación de actores, una sala de teatro y una compañía.

Teatro del Paraíso

La compañía de Teatro Del Paraíso fue creada en el año 1992 por Omar Prashtan (Gutiérrez), actor y bailarín proveniente de Santiago, que trabajaba como profesor de Movimiento en el Instituto Bertolt Brecht de Valparaíso. Dado el vacío de actores profesionales que había en la Región decidió convocar a sus alumnos más destacados y formar un grupo teatral. Los actores estables de la compañía eran Maisa López, Arturo Soto, Rodolfo Cepeda, Marcela Muñoz y Jessica Espinoza. Se presentó al primer concurso Fondart creado en democracia y, al adjudicárselo, sentaron las bases de una producción artística que duró hasta 1999 y que financió todos sus montajes con recursos FONDART, al obtener recurrentemente apoyo del Estado, dado el interés de sus propuestas.

La doble pertinencia artística en la formación de su director y la experiencia que traía tras trabajar durante 10 años como bailarín en Europa, produjo una renovación en el lenguaje artístico del grupo respecto a las otras producciones locales, pues integraba elementos de danza teatro y música en vivo, lo que le valió el aprecio de la crítica y el reconocimiento del medio. Tras siete años de funcionamiento continuo y tras el estreno de Las Tres Pascualas, el desgaste producido por la necesidad de autogestionar todos los ámbitos del trabajo, entiéndase, producción, escenografía, vestuario, promoción etc., determinó el fin de la compañía debido a un natural cansancio de sus miembros.

El Subterráneo

El subterráneo fue, originalmente, una compañía de estudiantes de la Universidad Católica, que conducía Roberto Cabrera. Juan Edmundo González, tras su separación del Grupo CITE en 1992, fue invitado a incorporarse a ella en 1994, y lo hizo dictando clases y organizando talleres cortos de seis meses. Los asistentes se formaban en las materias prácticas principales tales como Actuación, Voz y Movimiento y terminaban la experiencia con una muestra pública. A estos alumnos de breve formación, se sumaron actores que venían de otras compañías y se iban agregando según lo requiriera cada obra. Los dos proyectos más relevantes de la compañía fueron los que condujo profesionalmente González: El Extraño Barquero de Michel de Gueldherode y la obra Roland Bar. Este segundo montaje se esperaba repitiera, de algún modo, el éxito obtenido por su dirección de El Extraño Ser con Alas. Contaba con presupuesto FONDART y versaba sobre uno de los bares tradicionales de Valparaíso que había sido destruido por un incendio. Lamentablemente González murió en octubre de 1995, al comienzo del proceso, dejando una dirección inconclusa que tomó finalmente, Roberto Ancavil, joven director venido de Santiago por recomendación de Andrés Pérez. Tras este montaje Ancavil fundó su propio grupo, compañía Viajantes, y el Subterráneo continuó bajo la dirección de Roberto Cabrera, quien había sido asistente de dirección de González, recobrando su impronta de teatro vocacional.

El Cité

La compañía el Cité nació originalmente bajo el nombre de Compañía de Investigación Teatral (CITE) en 1988. Fue el resultado de un taller de voz y actuación que dictaba Juan Edmundo González a un grupo de actrices graduadas de la Carrera de Teatro de la Universidad de Chile y a actores formados en la profesión, que sentían la necesidad de seguir perfeccionándose, a pesar de las limitadas posibilidades que ofrecía el contexto local. En un principio, González viajaba semanalmente desde Santiago a dar las clases, hasta que el proyecto comenzó a crecer y decidieron montar un espectáculo bajo su dirección con la gente que asistía a las clases, pasando de este modo a constituirse como compañía.

Algunos de sus primeros integrantes fueron Juan Edmundo González, Miriam Espinoza, Rebeca González, Andrés García, María Teresa Olivera, Roberto Cabreras, Nadia Bragar, Isis Maldonado, Isabel Núñez y Graciela Navarro.

El primer montaje que mostraron fue El extraño ser con Alas, adaptación del cuento de García Márquez Un ser muy viejo con alas enormes, producto de meses de ensayo e investigación. Tuvo un enorme éxito, llegando a se considerado la obra porteña que podía compararse con La Negra Ester, de Andrés Pérez, por la novedad del uso espacial, el alejamiento del lenguaje realista y el reflejo de un mundo local. Además de las funciones exhibidas en la zona, fue mostrada en Santiago, con gran éxito de crítica y de público.

En 1992 se produjo un desencuentro con González, quien dejó la agrupación, incorporándose con parte del grupo que lo siguió, a la compañía el Subterráneo.

Los miembros del elenco que se quedaron pasaron a llamarse, en 1993, El Cité y continuaron trabajando bajo la dirección de Miryam Espinoza, siendo el primer estreno de esta nueva etapa El Burgués Gentilhombre. Desde entonces ha sido uno de los grupos de Teatro Regional de mayor continuidad y que funciona hasta el día de hoy.